¿Qué hará el movimiento inmigrante?

febrero-marzo de 2008 | página 2

LAS LEYES anti inmigrantes, las elecciones y los activistas pro indocumentados.

A TRAVÉS de Estados Unidos, los trabajadores inmigrantes se hallan bajo fuego abierto. Los grupos racistas siguen colgándose de las legislaciones estatales y locales, dando cubierta a los políticos de ambos partidos, Republicano y Demócrata, por acción u omisión, a hacer carrera a cuesta del sufrimiento de la familia inmigrante.

A unos cuatro mil estudiantes universitarios en Arizona se les negó la matrícula estatal por no poder demostrar que son residentes o ciudadanos de EEUU. En el caso de la Universidad Estatal de Arizona esto significa un incremento a $18 mil por año, de $5 mil. En los colegios comunitarios, la matrícula subió de tres a cuatro veces.

Este es sólo uno de los resultados de la Proposición 300, aprobada en noviembre del 2006, que ha venido a alimentar la histeria anti-inmigrante en el estado, afirmando que un gran número de inmigrantes indocumentados se benefician de las prestaciones financiadas por los impuestos estatales.

La proposición tiene además otras nefastas disposiciones. Ella efectivamente excluye al residente indocumentado de todos los programas de educación para adultos ofrecidos por el Departamento de Educación de Arizona y niega ayuda financiera estatal para el cuidado infantil.

¿Qué puedes hacer?

Para más información con respecto a la asamblea en Indiana, escribe a indiana2008@yahoogroups.com.

 

Los maestros de uno de los distritos de Phoenix reportan que la matrícula doble, programa en que los estudiantes pueden obtener créditos universitarios, ha disminuido a la mitad. Pero no es que la mitad de los estudiantes sea indocumentada. La disminución se debe al temor que la ley crea en el tejido de la comunidad inmigrante.

Pero 4 mil estudiantes son un poco más del 1 por ciento de los 340 mil estudiantes registrados en la educación superior en Arizona. Muy lejos de 'las hordas' de estudiantes indocumentados que la xenofobia insiste que se benefician de estos programas.

Para los indocumentados en Arizona, la mayor parte de los cuales son de origen mexicano y latino, la Proposición 300 es el nuevo bajo en que la acción legislativa, influenciada por la ola racista del nativismo americano, ha caído. Una bajada resbalosa iniciada con la declaración del inglés como el idioma oficial y la prohibición de la educación bilingüe, en una ley titulada "Inglés para los niños".

Pero aunque en su conjunto estas leyes, iniciativas y directivas hacen de este estado el candidato seguro a ser el más hostil a los inmigrantes, Arizona aun presenta aperturas para construir un movimiento de lucha.

Apoyado por su comunidad universitaria, el presidente de la Universidad Estatal de Arizona, Michael Crow, garantizó becas privadas a los 200 estudiantes afectados por la Proposición 300 en su universidad. Cuando la diatriba derechista en la capital y por la radio comenzó, el estudiantado aprobó una resolución en apoyo de Crow.

Una reciente encuesta Rocky Mountain en los densamente poblados Maricopa y Phoenix encontró que el 76 por ciento piensa que una ley federal debe ser aprobada para facilitar la inmigración al país. Y un 83 por ciento está de acuerdo con la afirmación de que "asegurar nuestras fronteras deben ser una principal prioridad, pero que un trato justo y humano a los trabajadores extranjeros también es muy importante".

Otros estados siguen el ejemplo de Arizona. Finalizando enero, un comité del Senado de Indiana votó 10 a 1 para llevar al piso del Senado el proyecto de ley SB 335, que penaliza a los empleadores que contraten a sabiendas trabajadores indocumentados. Este pareciera ser un buen momento para que el movimiento pro inmigrante muestre su cara otra vez.

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EL SISTEMA bipartidista de este país es la táctica del policía bueno y el malo, los republicanos buscan recortes tributarios para los ricos, empujan por la guerra, etc., y los demócratas encuentran modos de conceder, conservando el orden.

Hoy, en el medio de una campaña presidencial, y movidos por la demanda del movimiento nativista por una Guerra de Atrición contra los indocumentados, los republicanos buscan pasar leyes anti-inmigrantes en nombre de la seguridad nacional. Mientras los demócratas temen levantar su voz, por temor a ser vistos como débiles.

En Indiana, todos los demócratas en el comité votaron a favor del SB 335. “Este proyecto de ley no intenta ser racista o empujar a la gente a salirse del país”, dijo el senador Jim Arnold, D-LaPorte al Indianapolis Star, "está diseñado como uno de bienvenida”.

Pero ahora, en un año electoral, los que marcharon por la 'legalización' se preguntan si debe el movimiento movilizar sus fuerzas una vez más para demandar en las calles un alto al racismo y papeles para todos, o si debe esmerarse por el triunfo demócrata en las elecciones de noviembre del 2008, incluso si eso es a cuesta de mantener el silencio en asuntos de inmigración, para no incomodar al candidato presidencial o al Congreso.

Pero si de algo es una señal las elecciones de noviembre del 2006, el movimiento inmigrante no debiera poner sus esperanzas muy altas en una victoria demócrata.

El voto del 2006 fue visto por muchos como referéndum sobre la guerra en Irak, y para detener la guerra fue que la mayoría anti-bélica dio el triunfo a los demócratas. Pero dieron una cachetada al movimiento en contra de la guerra cuando aprobaron el presupuesto de guerra que Bush demandó en el 2007.
Y esto sólo fue el comienzo. Los demócratas fallaron en revocar los recortes de impuestos a los ricos y en establecer al menos la apariencia de protección constitucional a las libertades civiles. Las bravas palabras de los demócratas se convirtieron una y otra vez en capitulación.

Luego de que los demócratas recularon de limitar los nuevos poderes del gobierno para recoger información secretamente, la página editorial de los New York Times declaró, “de vez en cuando, somos incitados a averiguar si los demócratas de veras ganaron el control del Congreso el año pasado. Apenas pudimos percibirlo esta semana”.

El movimiento por los derechos de los inmigrantes no puede, ni debiera gastar ninguno de sus escasos recursos en una victoria para los demócratas, sino que debiera ponerlos en movilizarse nuevamente este Primero de Mayo, y resistir la presión que existe para bajar la bandera de la amnistía en nombre de las posibilidades electorales.

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CON ESTE espíritu, alrededor de cincuenta activistas pro inmigrantes del Medio Oeste representando a grupos y organizaciones de cuatro estados de la región, se dieron cita en Indianapolis para adoptar un plan común de acción por, y en defensa de, los derechos del trabajador indocumentado e inmigrante.

La reunión fue convocada por la Asociación de Inmigrantes de Indiana, y en ella los activistas se declararon en estado de asamblea permanente, cometiéndose a “buscar aliados para organizar una movilización regional en Chicago el Primero de Mayo de este año, para luchar por los papeles y derechos laborales de todos los trabajadores indocumentados, y en protesta del racismo y de la creación de leyes injustas”.

Por la mañana, los activistas discutieron abiertamente los temas relacionados a la inmigración y su política. Varios fueron los intereses comunes: la creciente represión estatal contra el obrero indocumentado, la histeria anti-inmigrante y racista de la derecha, las elecciones, el drama de las deportaciones y la amenaza de la “auto deportación”, entre otros.

Durante la discusión se dio mucha importancia al tema de la construcción de alianzas, particularmente se dijo que será necesario rendir atención a los temas de la salud, la economía y el empleo, la vivienda y el crédito, y la guerra en Irak, para así hacer más real y concreta la solidaridad de los inmigrantes con el resto de los trabajadores de este país.

Por la tarde, los concurrentes se dieron a la tarea de armar un curso de acción común, decidiendo que darán a conocer a cuanto grupo y activista tengan acceso los resultados de esta reunión, invitándoles a entrar en contacto con la asamblea a través de la Internet.

Como tarea se plantearon buscar aliados para organizar una movilización regional en Chicago el Primero de Mayo de este año, por la amnistía para los trabajadores indocumentados y en protesta del racismo y la represión.

Para evaluar, la asamblea organizará y convocará una segunda reunión los días 8 y 9 de marzo a todo grupo o persona del Medio Oeste interesada en esta lucha y propósito.

Entre los que asistieron se encontraban representativos de la Asociación de Inmigrantes de Indiana, Asociación Cívica Mexicana de Indiana, Chicago Workers Collaborative, Farm Labor OC de Ohio, Illinois Migrant Council, International Socialist Organization, Labor Notes, Organización 10 de Abril de Madison, Wisc., Socialist Workers Party, Solidaridad Migrante de Du Page IL., South East Chicago Community for Immigrant Rights, TAP San Adalberto de South Bend, Indiana y UNITE-HERE 39-C

Contribuyeron a este artículo Jeff Bale, Brian Chidester y Orlando Sepúlveda

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